El gigante tecnológico de Redmond confirmó esta mañana una de las mayores ventas de la industria del videojuego.
Tras varios meses de acusciones y malas experiencias de empleados, ya ya se sabía que Activision Blizzard no pasaba por un buen momento. La polémica en la que se vieron envueltos Bobby Kotick y su compañía mancharon gravemente la imagen de la empresa, pero Microsoft apareció con una de las noticias más importantes de los últimos meses: compró a Activision Blizzard por una cifra histórica.
Si bien esta información fue adelantada por The Wall Street Journal, que habla de una transacción de 50.000 millones de dólares, Microsoft no tardó mucho en confirmar la operación en su página web. «Esta adquisición acelerará el crecimiento de Microsoft en el negocio gaming a lo largo de móviles, PC, consolas y la nube, y proveerá la construcción de bloques para el metaverso», dijeron desde la compañía. «Cuando la transacción se cierre, Microsoft se convertirá en la tercera compañía más grande del mundo gaming por ingresos, detrás de Tencent y Sony«.

Ya se pueden imaginar un poco lo que significa este movimiento, pero desde Microsoft nos recuerdan algunas de las franquicias de las que pasa a ser propietaria: «La adquisición planeada incluye franquicias icónicas de Activision, Blizzard y King, como Warcraft, Diablo, Overwatch, Call of Duty y Candy Crush, por nombrar solo algunas IP, además de actividades globales de eSports a través de la Major League Gaming«.
No dieron más detalles sobre esta transacción, aunque desde ambas compañías deben ser conscientes de que se está produciendo un terremoto en el sector de los videojuegos a causa de esta compra. Activision Blizzard pasó últimamente por unos meses muy turbios tras saberse los casos de abuso en sus oficinas, un hecho del que su CEO era conocedor. A lo largo de las últimas semanas, varias empresas de juegos y de fuera del sector mostraron su rechazo hacia Activision Blizzard.
Si la operación supera todos sus trámites, se espera que se cierre antes de junio del 2023. Hasta entonces la compañía se mantendrá como independiente, y eso implica la continuidad de Bobby Kotick en su puesto hasta nuevo aviso.